Los mismos de siempre se multiplican por 11 mil

A BUEN ENTENDEDOR, POCAS PALABRAS

En otras de las presentaciones que tienen a Córdoba como una fija dentro de los shows a lo largo del año, La Renga estalló el espacio Pajas Blancas con algo más de 11 mil personas que vivieron el frío y el calor a una gran intesidad afuera y adentro.

El pasado sábado 18 de Junio se volvió a presentar en Córdoba La Renga, y ésta vez la cita fue en el Pajas Blancas Center, a 7 km. del centro cordobés. En ese mismo escenario, hace 4 años presentaron La Esquina del Infinito, para volver (en una fecha prevista para Carlos Paz, luego suspendida) a presentar Insoportablemente Vivo a fines 2001. En esas ocasiones, sobre todo la primera, se podría decir que el lugar les había quedado un poco grande... pero el sábado pasado La Renga tuvo su revancha: mas de 11 mil personas disfrutaron el show, en una noche en que el amplio espacio cercano al aeropuerto, estuvo hasta el tope.
La 66 (ya había tocado en la Vieja Usina el año pasado) y Lucila Cuevas (banda formada por chicas, con muy buenas propuestas...) fueron los encargados de calmar la espera.
Cerca de las 22:30, sobre un imponente escenario ésta vez con una escenografía que reproducían neuronas, y sumadas 2 pantallas, y un sonido excepcional, La Renga pisaba las tablas con un arranque demoledor: Detonador de Sueños, Las Cosas que Hace y Atulado, uno tras otro y sin respiro. Arriba del escenario sobraba energía y sudor con una banda que, sabemos, se manda con todo a todo en cada presentación. Abajo... bueno, desde hace algún tiempo sabemos que "los mismos de siempre" ya no son tan los mismos de siempre. Esta suerte de moda en que entró el rock este último año hace que haya mucha cara extraña, pero nada de eso opacó la fiesta. Si tal vez la arbitraria decisión de no dejar entrar banderas (luego el Chizzo diría: "gracias por no prender bengalas... y por las banderas, no estamos de acuerdo pero esas son las reglas...) y la falta de bengalas (cosa que, obviamente, todos entendemos y aceptamos).
El show continuaría con "una viejita"... el Tanque reventando la batería y arrancando con Despedazado por mil partes; en una lista de temas que se basó sobre todo en los últimos discos (ya sin tener que presentar exclusivamente "Detonador de Sueños"). Así, sonaron En el Baldío (con el Chiflo luciendoce sobre una tarima bien elevada), El Ojo del Huracán, El Revelde, La Razón que te Demora, El Final es en Donde Partí, La Balada, entre otros. Y si, hay que decirlo: lo único malo de la lista de temas fue que todos nos quedamos con las ganas de escuchar un par de temas viejos más.
El clima se puso oscuro y denso cuando llegó la hora de El Rastro de la Conciencia. Otros dos muy festejados, del disco de la estrella, fueron Tripa y Corazón y Ser Yo. El Manu dejó la armónica para hacer los coros para Míralos, en uno de los pocos momentos de calma. Y con el "Popurock" fuera de la lista de temas, sonó completito (como en las viejas épocas, donde era el encargado de abrir cada show) Panic Show, para hacer saltar a todo el lugar.
Mucho se habló durante la semana del hecho de que la banda decidió no dar entrevistas... algunos medios los tildaron de oportunistas y de "hacerla fácil esquivando la autocrítica"... bueno, los que vamos a ver a La Renga sabemos como son las cosas, y la banda habla donde tiene que hablar: en el escenario. Y a buen entendedor pocas palabras, dicen. Todos sabemos la relación que tienen con Callejeros, y como piensa la banda. Es por eso que no sorprendió cuando el Chizzo dijo "le deseamos lo mejor a nuestros amigos de Callejeros...". Esta única referencia a Cromañón la dijo cuando habló del otro suceso que nos marcó el último año: la muerte del Carpo. Así, mostraron el nuevo tema: Viva Pappo, invitando a Miyo Miglioranza (asistente del Chizzo, y guitarrista del experimental grupo Santuca) a que tocara la viola. Todo el lugar se quedó con la boca abierta mientras veía como descosía la guitarra en el potente tema.
Los temas fueron pasando, y dos de los momentos más emocionantes fueron cuando sonó la Nave del Olvido (emocionante) y El Viento que todo Empuja (versión despedazado para después mutar en rock).
El final se iba acercando, y ya llegando a los bises, el Tete estrenó bajo (regalo de un luthier de Córdoba, Diego un "amigo de la casa") con "El Rey de la Triste Felicidad". El final de la fiesta fue, como siempre, con Hablando de la libertad, mientras que en las pantallas se podía ver la previa con las banderas que se habían llegado desde varios puntos del país.
Ahora sólo queda esperar el nuevo banquete, que será por partida doble, en la cancha de Vélez el 9 y 10 de Julio.

 

Andrés Moreno / www.larengapage.com.ar