Oscuridad luminosa en San Roque

Sergio Graziadei

En lo que para muchos sería el comienzo de unas vacaciones a puro rock y montaña, el sábado 21 La Renga se presentó en el predio ubicado en la comuna de San Roque donde anualmente se realiza el Cosquín Rock.

 

La convocatoria y el aguante del público, sumados a la expectativa por la primera presentación de El Tri en Córdoba, lograron que “los mismos de siempre” tuvieran su propio festival.

Aunque la noche se encargaba de brindar ciertas nubes mas que amenazadoras, la promesa de velada a puro rock vibraba en los aires de la Comuna de San Roque. Es que desde el comienzo del atardecer con El Tri rompiendo corazones se respiraban otros vientos en las sierras. La banda mexicana liderada por Alex Lora se escucho con una potencia y una unión irrepetible, aunque por momentos sonaba demasiada “climática” con tantas idas y vueltas excesivas. Festejando lo que será su disco número 40 tocaron viejos y nuevos temas, como “Todo por el Rocanrol” y “Cuando tu no estas”, precalentaron al publico con sus “rolas”, hubo momentos de dedicatorias a Pappo y a las víctimas de la vergüenza Cromagnon y luego pasada la hora se despidieron con “Piedras Rodantes”.
Para ese momento, cerca de 30.000 personas, ya vivían cierto clima de angustia o desesperación por ver a La Renga después de casi un año en Córdoba. En alrededor de 20 minutos se montó toda la escenografía y con “A tu lado” se abrió la fiesta que se esperaba. Avisados por Chizzo la gente “recordó” viejos temas (tocaron casi todo el disco “Despedazado por mil partes”, del año 1996) como “Cortala y Olvidala, Tripa y Corazón”, “Desnudo para siempre”, “Bien Alto” o “Paja Brava”.
Pasaron amigos de la banda, Javier y Sebastían, dos violeros de dotes incalculables donde cada uno, en su momento de “Viva Pappo” o “La balada del Diablo y la Muerte”, demostraron estar a la altura de las circunstancias. En el inconciente de cada una de las personas presentes se sentía que con “Veneno” el grito llegaría tan alto que esas nubes que al principio amenzaban... ya se habían esfumado.
Ya la noche era irrepetible y para la segunda mitad la banda de Mataderos se tenía entre manos no bajar los decibeles y continuar con la potencia bien arriba. Tocaron “El Twist del Pibe”, “Hielasangre”, “El final es en donde parti”, “El rey de la triste felicidad” y con cuenta pendiente no se olvidaron de “El Revelde” ni de “La razón que te demora”. El excelente show brindado, aunque no con una entrega total del público, pifie por medio del Chizzo en “Psilocybe Mexicana” (“era en otro tono”) y las incansables corridas del Tete llegaron a su final con la despida ya “fija” de “Hablando de la libertad”, con un grito estremecedor de toda la gente que se acercó de todo el país para este recital bajo un marco inigualable desde el rincón de las sierras.