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La Renga en Buenos Aires, 9 y 10 de Julio
Subí el volumen...
La Renga se presentó en la cancha de Velez Sarfield en dos
fechas cargadas de emotividad, por diferentes razones: porque que era
la fecha patria, porque regresaba a Capital Federal luego de 7 meses,
porque era el primer show en una cancha de fútbol después
de Cromañon, porque la idea de hacer el festival y darle espacio
a bandas chicas, y por sobre todo... porque tocaba La Renga.
Llegaba la primer
noche de este doblete que significaba la llegada de banda a la cancha
del último campeón, Velez Sarsfield. El estadio estaba impecable,
y la organización fue muy buena.
Para esta primer fecha, desde las 13:00 hs. empezaron a desfilar por el
escenario La Chingada, Los Kahunas, Q'acelga, Fisura2, Humbucker y por
último Santuca. Lamentablemente entramos sobre la hora y no pudimos
ver ninguna de estas bandas... es que cuesta acostumbrase a estas nuevas
modalidades que implican, entre otras cosas, arrancar los shows mucho
más temprano.
Cerca de las 19:15 se bajo el telón, dejando al descubierto la
escenografía, con temática acorde al festejo "patrio":
una especie de réplica de la Casita de Tucumán, y de fondo
un extraño paisaje con picos y cielo rojizo, que sumados a las
"mascotas" (dos víboras gigantes), seguramente a mas
de uno lo hizo pensar en Tolkien y el Señor de los Anillos. Luego,
una intro en las pantallas bastante atípica para lo que suelen
ser habitualmente, algo bastante "psicodélico", para
terminar, como siempre, en una detonación... y arrancar con "Detonador
de Sueños".
Seguramente influyó nuestra mala decisión de ir a la Platea
Alta, pero desde el arranque quedó en evidencia un problema que
empañaría todo el recital: el sonido estaba muy bajo. En
muchos pasajes la guitarra de Chizzo no se escuchaba y cuando se acercaba
al micrófono para hablar, era indescifrable lo que decía.
Y si bien uno acepta totalmente el hecho de que no haya más pirotecnia
en el show, es cierto también que se siente la ausencia... y sumado
a la arbitraria decisión de no dejar entrar banderas de mas de
un metro por un metro, dio como resultado unos de los arranques (y si
vamos a ser críticos... uno de los shows) más flojos de
los últimos tiempos.
Lamentablemente la lista de temas no ayudó (fue prácticamente
idéntica que la de Córdoba), aunque hay que entender que
hacia mucho tiempo que La Renga no tocaba en Capital y mucha gente no
tiene la oportunidad de viajar... de todos modos, fueron muchos lugares
comunes: El arranque de siempre (Detonador de Sueños + Las Cosas
que Hace + Atulado) y todos temas de los últimos discos, a excepción
de La Nave del Olvido. Faltaron temas viejos, de esos que les gusta escuchar
a los fans: algunas alegrías fueron Despedazado Por Mil Partes,
Ser Yo... todos temas que tocaron en Córdoba. En fin, La Renga
se volcó de lleno en su parte más pesada, por lo que la
parte "fiestera" (Blues de Bolivia, Negra es mi alma..., etc)
se extrañó mucho.
Un momento de emotividad muy fuerte fue cuando subió el Eli de
Los Gardelitos para tocar "Ser Yo", en memoria de Korneta. Y
como lo adelantaba El Precipicio (con referencias en sus ilustraciones
a Cromañon) en su contratapa, llegó el momento de escuchar
el tema nuevo: Viva Pappo. Como lo venía haciendo en los últimos
shows, subió Miyo Miglioranza (de Santuca y asistente de La Renga)
a "descoser la viola".
Luego del triplete "HielaSangre", "La Razón que
te demora" (esta vez sin la viola de doble mástil) y "El
Rey de la Triste Felicidad", se vinieron los bises, y uno de los
momentos más emocionantes: Chizzo apareció con una viola
verde, y tomando el micrófono explicó que era de un pibe
que murió en Cromañon, y que su padre se las había
acercado a la sala. Dicho esto, arrancó Panic Show, en lo que fue
uno de los momentos que nos hizo olvidar el mal sonido e hizo saltar a
todo el estadio.
Y si ya era un show un tanto extraño, llegó la frutilla
del postre: Subió Luciano Napolitano (¿hace falta presentación?),
para volver hacer Viva Pappo. De todos modos, la gente lo tomó
con indiferencia, porque eso de tocar dos veces el mismo tema...
El final fue como siempre, con Hablando de la Libertad.
Y nos fuimos silbando bajito por las calles de Liniers, sin saber bien
que pensar. Era un show de La Renga, pero le faltó la potencia...
faltó el rugido del león al que siempre nos tiene acostumbrado.
Y en nuestras mentes, rondaba una sola pregunta: ¿Tendríamos
revancha el Domingo?... solo cabe decir que todo volvería a la
normalidad, je...
Andrés Moreno / www.larengapage.com.ar
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